Esos ojos verdes, esa contagiosa sonrisa, esos labios y la manera en la que hablaba. Oh, Nueva York, qué belleza para nuestros ojos, luego tomaste mi mano por primera vez. Me miraste y sonreíste. Todo era perfecto, todo era genial, estaba en un cuento de hadas, un sueño mientras estaba despierta.
Pero los días pasaron y no eramos lo mismo; se sentía como si ya no importáramos más... Pero, ¿por qué decimos adiós? dijimos que ya no teníamos mucho tiempo para nosotros. Dijimos que intentaríamos arreglar las cosas pero solo nos cansamos y dijimos adiós. No puedo creer que dejara esto ir.
Es triste que ya no me hables a las tres de la mañana, ya nadie volverá a cantarme canciones de Stevie Wonder. Extrañaré tus besos y tu pelo rizo, pero ahora que dijimos adiós fingiré que estoy bien. Sí, estoy bien. Dijiste que no querías verme llorar. Fingiré que estoy bien. Estoy bien.
Tal vez es tiempo de superarlo, tal vez es mejor estar sola, tal vez fue un mal momento, un día aprenderemos a ser fuertes.
Tal vez tenías razón sobre esto, somos gente ocupada con vidas alteradas. No podemos mantener esto, así que adiós.
Llámame a las tres de la mañana, cántame canciones de Stevie Wonder otra vez, tus besos y tu pelo rizo. Nunca nos diremos adiós, porque estamos bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario