Es que tú siempre te quedas el río mientras a mí me lleva la corriente.
Yo soy el que se queda con la capa y tú los poderes.
A mí me pilla siempre la tormenta, mientras que tú robas la
luz a un rallo.
Tú eres la que siempre pide la cuenta y soy yo el que pago. 
Venga, ponme otra cerveza, y una doble ración de certezade si tengo o no tengo razón.
Tú eres la mano que mece la cuna, yo soy el pie que la pata metió.
Tu corazón, un hueso de aceituna y el mío en rebajas siempre de ocasión.
Hoy atraco en lo bares, fui polizón del piercing de tu ombligo.
Y paso de quererte para engordar tu lista de enemigos.

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