Si te vas a enamorar de mí, es justo que sepas de quien te estás enamorando.
Te estás enamorando de mis inseguridades y de mi obsesión por tratar de saber lo que piensa la gente de mí. Te estás enamorando de mi inmadurez, mi constante necesidad de sentirme querida y apreciada, mis constantes lágrimas, mi obsesión por internet y mi tendencia a sacar conclusiones precipitadas. Te enamoras de mi pasado problemático, mis irrealistas esperanzas y sueños, y el hecho de que realmente crea que pueden llegar a cumplirse. Te enamoras de mi fuerte temperamento, mi forma ilógica de pensar y de mis pocas esperanzas en cuanto al amor. Si te enamoras de mí, te enamoras de mi odio hacia mi misma, de mis imperfecciones y mi percepción sobre que nadie podrá quererme nunca. Te enamoras de la historia que ha causado que yo piense de esta manera.

Pero también te enamoras de la manera en la que mis ojos brillarán cuando esté contigo, la manera en la que te enviaré mensajes todas las mañanas para decirte que espero que tengas un buen día, y por las noches, para desearte que duermas bien. Te estás enamorando de la manera en la que digo las cosas sin pensar, y de las tonterías que diré para hacerte sonreír. Te estás enamorando de la manera en la que me sonroje cuando la gente me pregunte por ti, y de como agarraré tu mano, incluso si nos peleamos. Pero para mí, lo más importante será que te estás enamorando de mí, a pesar de mi pensamiento de que es imposible que lo hagas.

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