El 31 de agosto a las cuatro de la mañana, Amélie es sorprendida por una idea deslumbrante. Se propone encontrar al propietario de la caja de recuerdos, dondequiera que esté, y restituirle su tesoro. Decide que, si él se conmueve, dedicará su vida a ayudar a los demás. Si no... pues nada.


"Sin ti las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de las de ayer."

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